Dolo

Sust. 1. Lenguado criminal propiciado por una sobredosis de derecho penal recibida a lo largo de todo un cuatrimestre cuyo significado tiende a ser el de "voluntad de querer hacer algo", sin importar demasiado lo que se quiere hacer ni, de hecho, que exista o no voluntad de querer hacerlo. Este lenguado es sumamente esencial para cualquier criminólogo que se precie, sin el cual, no podrá optar a ser considerado un experto en la materia.

Por norma general, el vocablo es incluido en una expresión típica de marujo/a en la que, en un alarde de conocimiento del arte del cotilleo, alguien escucha un comentario acerca de la intención de obrar de otra persona. En dicho momento, habrá de levantarse, señalar con el dedo y gritar "¡Seguro que tiene dolo!" Si el sujeto no llegase a conocer y señalar la existencia de dolo en la situación y esta información llega a cauce público, el afectado será públicamente destituido de su cargo y condenado a vagar por las lindes infracriminológicas por toda la eternidad.

2. Expresión utilizada de forma interrogativa para preguntar si el sujeto realmente quería realizar la acción. Ej: ¿Pero... tiene dolo? ¿o no tiene dolo?. Normalmente esta expresión suele ir acompañada de un señalamiento con el dedo indice, ojos entrecerrados y sospechas preferiblemente infundadas.